Unai Gazpio tiene una dilatada carrera dirigiendo en los banquillos, exactamente veinte años. La mitad en fútbol masculino y la otra mitad femenino. En su carrera en el fútbol femenino ha entrenado al Luberri y al Añorga de División de Honor. Gazpio recordó que este era un hecho importante ya que no es algo nuevo para él y “ya tiene algo ganado”. “Recibir la llamada de la Real te genera mucha ilusión y la verdad es que estoy muy contento. No sé cómo llamarlo, oportunidad o premio. El hecho de concentrarse en el trabajo cada año, en cada reto, en cada temporada que te toca te hace crecer como entrenador y al final te llega una oportunidad como esta y muy ilusionado la verdad. Un entrenador nunca debe dejar de aprender y la Real brinda la oportunidad de seguir con ese aprendizaje, por lo que representa, por los medios que pueda tener y por la posibilidad que presenta”.
Gazpio reconoció haber seguido al equipo como aficionado, en el que dijo que se había hecho un buen trabajo, aun así con margen de mejora y al que se le puede sacar más rendimiento. “Con veinticuatro años de media, tienes ese margen de mejora e intentaremos a base de incidir en el detalle y en la calidad de los entrenamientos. Trabajar día a día, hacer un poquito de hincapié en el detalle y sacarle todo ese potencial que tiene.”
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